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Artículo 3º. Estatutos. Capítulo I

Órgano asesor y consultivo del Estado en materia de salud pública desde 1935 (Ley 67 de 1935 y Ley 23 de 1981).

Las estatinas, los fármacos más recetados para el colesterol, inhiben la expresión de un gen que favorece la expansión de las células cancerígenas. El hallazgo abre la puerta a ponerle freno a la metástasis, la principal causa de muerte por cáncer.

El 90% de las muertes por cáncer se deben a la metástasis, es decir, a la propagación del tumor primario hacia otras partes del cuerpo, incluso después de extirparlo con éxito mediante cirugía.

Esto se debe a que las células cancerosas se empiezan a diseminar cuando el tumor es todavía muy pequeño y probablemente todavía no se ha descubierto.

Pues bien, las conocidas estatinas para controlar el colesterol podrían ser útiles para ralentizar este proceso. Un estudio publicado en Clinical and Translational Medicinerevela que estos fármacos inhiben un gen que promueve la metástasis de células cancerosas.

COMPRENDER LOS MECANISMOS DE LA METÁSTASIS

ara que las células cancerosas de un tumor se propaguen deben desprenderse de la matriz extracelular y migrar a los vasos linfáticos o sanguíneos vecinos que las transportan a nuevos tejidos, donde se asientan y proliferan.

A este proceso se le llama metástasis. Comprender cómo funciona, sus mecanismos moleculares, es una pieza clave para luchar contra el cáncer. El equipo de la profesora Ulrike Stein, desde el centro Max Delbrück de medicina molecular de la Universidad de Berlín, descubrió hace más de 10 años un importante propulsor de la metástasis en el cáncer colorrectal: el gen MACC1.

Observaron que, cuando las células cancerosas expresan este gen, mejoran su capacidad para proliferar, moverse por el cuerpo e invadir otros tejidos. “Muchos tipos de cáncer se diseminan solo en pacientes con una alta expresión de MACC1, señala Stein.

De hecho, el MACC1 se considera un biomarcador (un indicador) del crecimiento tumoral y la metástasis. Y no solo en el cáncer colorrectal, también en otros 20 tumores como el cáncer gástrico, hepático o de mama. Desde su descubrimiento, se han publicado más 300 estudios por parte de otros investigadores confirmando el papel de este gen en la metástasis.

ESTATINAS QUE FRENAN LA PROGRESIÓN DEL TUMOR

Ahora, el equipo de Stein, junto con el Dr. Robert Preißner, ha dado un paso más al descubrir que las estatinas que se recetan para el colesterol inhiben la expresión del gen MACC1 en las células tumorales.

  • En su búsqueda de sustancias que bloquearan este gen, los investigadores probaron diferentes fármacos en laboratorio. Siete de ellos redujeron la expresión de MACC1 en las células, pero en diversos grados.
  • Luego los científicos administraron los inhibidores del colesterol a ratones modificados genéticamente con una mayor expresión de MACC1. Esto suprimió casi por completo la formación de tumores y metástasis en los animales.

Lo que es particularmente notable es que los beneficios continuaron en los animales incluso después de que redujimos la dosis en relación con la cantidad que los humanos ingieren normalmente”, señala Stein.

Para completar el estudio, el Dr. Robert Preißner y científicos de la Universidad de Virginia también examinaron datos de un total de 300.000 pacientes a los que se les habían recetado estatinas. “Los pacientes que tomaban estatinas tenían solo la mitad de la incidencia de cáncer en comparación con la población general”, señala.

TOLERANCIA A LAS ESTATINAS

Sin duda, estamos ante un gran hallazgo porque las estatinas son un fármaco ya aprobado y de fácil acceso, pero Stein insiste que en ningún caso deben tomarse por cuenta propia.

Las estatinas se han asociado tradicionalmente a efectos secundarios adversos, sobre todo dolor muscular (mialgias) porque bloquean la producción endógena de colesterol pero también de coenzima Q10, molécula clave para la energía de las células.

Los estudios sugerían que la intolerancia a estos fármacos podía oscilar del 5% y al 50 % entre la gente que los toma (un margen muy amplio y poco orientativo). Sin embargo, un nuevo estudio realizado entre más de 4 millones de pacientes y publicado en el European Heart Journal ha demostrado que la prevalencia real de la intolerancia a las estatinas en todo el mundo es solo de un 6-10%.

A pesar de ello, los investigadores insisten en que deben tomarse bajo control médico y recuerdan que su eficacia para frenar la metástasis de momento solo de ha demostrado en modelos animales, falta probarlo en humanos.

Por:  Dr. Ulrike Steint,  Soledad López
Tomado de: Sabervivirtv.com