El análisis realizado en EE.UU implicaría que el aislamiento solamente de los individuos con covid-19 sintomático no conseguirán controlar la propagación actual del SARS-CoV-2.
A medida que la covid-19 comenzó a propagarse en el mundo los científicos observaron que, a diferencia del coronavirus causante del brote de 2003, el contagio del SARS-CoV-2 no podía contenerse mediante la detección basada únicamente en los síntomas.
Según las publicaciones científicas de la época, en el SARS-CoV de 2003 las infecciones asintomáticas y clínicamente leves eran poco comunes. Además, no se comunicaron casos de transmisión antes de la aparición de los síntomas. Sin embargo, el nuevo coronavirus se propagó más rápidamente que el anterior y las pruebas han demostrado que sí se transmite de personas sin síntomas.
Lo que falta por conocer con exactitud es la proporción de contagios de covid-19 asociada con estos pacientes. La revista JAMA Network Open acaba de publicar una investigación que apunta cómo la transmisión de las personas sin síntomas representa más de la mitad de todos los casos.
Sus autores, científicos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta (EE UU), afirman que la identificación y el aislamiento solamente de los individuos con covid-19 sintomático no conseguirán controlar la propagación actual del SARS-CoV-2.
La transmisión por parte de personas infectadas pero que no presentan ningún síntoma puede surgir de dos estados de infección diferentes: individuos presintomáticos (que son infecciosos antes de desarrollar síntomas) e individuos que nunca experimentan síntomas (infecciones asintomáticas o nunca sintomáticas).
Los expertos analizaron la cantidad relativa de contagio de pacientes presintomáticos, nunca sintomáticos y sintomáticos en distintos escenarios en los que la proporción de transmisión de personas que nunca desarrollan síntomas (es decir, permanecen asintomáticas) y el período infeccioso variaron según las mejores estimaciones publicadas.
La importancia de las personas sin síntomas
La hipótesis de base del modelo fue que la capacidad de infección máxima se produce en la mediana de la aparición de los síntomas, que el 30 % de los individuos con infección nunca desarrollan síntomas y que el 75 % son tan infecciosos como los que sí desarrollan síntomas. Combinados, estos supuestos de base implican que las personas con infección que nunca desarrollan síntomas pueden representar aproximadamente el 24 % de toda la transmisión.
Así, los resultados muestran cómo el 59 % de toda la transmisión proviene de la transmisión asintomática, según el escenario de referencia del modelo. Por otro lado, el 35 % de los nuevos casos proceden de personas que infectan a otras antes de mostrar síntomas (individuos presintomáticos); y el 24 %, de personas que nunca desarrollan síntomas.
“Bajo una amplia gama de valores para cada uno de estos supuestos, se estima que al menos el 50 % de las nuevas infecciones por SARS-CoV-2 se originaron por exposición a individuos con infección pero sin síntomas”, exponen los científicos de los CDC.
Los autores aseguran que, además de la identificación y el aislamiento de las personas con covid-19 sintomático, para controlar eficazmente la propagación será necesario reducir el riesgo de transmisión de las personas infectadas que no presentan síntomas.
“Medidas como el uso de mascarillas, la higiene de las manos, el distanciamiento social y las pruebas estratégicas de las personas que no están enfermas seguirán siendo fundamentales para frenar la propagación de la enfermedad hasta que se disponga de vacunas seguras y eficaces y que estas se utilicen ampliamente”, concluyen.
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TOMADO DE: Elpectador.com
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