Un biólogo plantea el debate ante un proyecto de ley que busca prohibir su uso en el país.
La gran diversidad genética de la naturaleza y la el avance en biotecnología han logrado los cultivos genéticamente modificados (GMO por sus siglas en inglés). Estos son líneas puras de organismos que tienen genes de otros organismos con características deseables en la agricultura.
Los GMOs hoy en día dominan el mercado de los principales granos cultivados como el maíz, la canola y la soya. El uso de las semillas transgénicas de los GMO se caracterizan por su alta productividad, son resistentes a algunas plagas de insectos, evitando el uso de plaguicidas, algunos incluso no requieren del labrado conservando así el suelo y evitando la desertificación. Lo más importante es que los cultivos GMO son totalmente seguros para la salud humana al ser consumidos.
La población mundial es actualmente de siete mil millones de personas y superará los once mil millones hacia 2100, la producción de alimentos para la población actual y su tasa de crecimiento es uno de los mayores desafíos de la humanidad.
Por lo tanto, los GMOs se perfilan como una de las grandes soluciones para la seguridad alimentaria global.
Además de los altos costos de las semillas de GMOs, el uso extensivo de estos cultivos impone un gran riesgo al medio ambiente y a la salud. La tolerancia a los herbicidas de los GMOs ha desbocado el uso de estos, especialmente el glifosato, con nocivos efectos para la salud humana y el medio ambiente. Esto igualmente promueve el aumento en las malezas y las plagas resistentes a los pesticidas que luego requieren de controles con sustancias aún más contaminantes.
De mayor preocupación es la contaminación de las variedades nativas, en Colombia por ejemplo el maíz y algodón, vía polen. Esto puede afectar la agrodiversidad, biodiversidad asociada a la alimentación.
La producción de alimentos no se puede reducir a unos pocos cultivos con las mismas características genéticas. Ante los acelerados cambios ambientales, en especial el inminente cambio climático, la diversidad genética de las variedades nativas puede ser la clave para los desafíos en seguridad de las próximas décadas y los GMO son una amenaza para esto.
Aunque muchos científicos defienden los GMO, esta es una visión de países con apuestas fuertes en monocultivos. En un país megadiverso como Colombia quizás haya que aterrizar este dilema a las condiciones locales. Hay un proyecto de ley que propone prohibir su uso. Se abre la discusión: ¿qué le conviene a Colombia?
Por: Juan Armando Sánchez, Ph.D.
Profesor titular, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia
@biommar
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