Aunque la emergencia sanitaria por COVID-19 significó una reducción en el número de trasplantes, en Santander no se pausó esta opción de dar vida, un acto de amor desinteresado en el que un solo donante puede salvar hasta a 55 personas.
Cada 14 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Donación de Órganos y Tejidos, una fecha para generar conciencia sobre la importancia de donar, más que un órgano, la oportunidad de prolongar por un tiempo más la vida de otros.
Pese a que la donación aún sigue siendo un tema delicado para muchas personas y a las dificultades que trajo la pandemia del COVID-19, en lo que va de este año, 567 personas han accedido a un trasplante en Colombia.
Es como volver a nacer”
Salomón Rojas Díaz, un agricultor de 62 años, oriundo del municipio de Guadalupe, a quien una falla cardíaca por poco le arrebata la vida, es un caso exitoso de trasplante en medio de la emergencia sanitaria.
Según relata, durante los últimos tres años su vida transcurrió entre visitas al médico y exámenes, en busca de un tratamiento que le mejorara su calidad de vida. Sin embargo, su corazón estaba tan deteriorado que la única solución para salvarlo era conseguirle uno nuevo.
“Estuve hospitalizado siete meses, esperando que mi estado de salud mejorara. Un día uno de los médicos que me estaba atendiendo me dijo que no había nada más que ellos pudieran hacer por mí, solo esperar un trasplante, proceso que por la situación del virus podía ser muy demorado”, recuerda Salomón.
Ante ese panorama un poco desalentador, Salomón no tuvo más opción que resignarse.
“A pesar de que la noticia fue fuerte decidí hacer los papeles del trasplante, esperando un milagro. Me decaí bastante, fue duro porque en medio de todo sabía que tal vez no sobreviviría”, mencionó.
Quince días después, a la medianoche llegó la noticia que tanto estaba esperando, habían encontrado un corazón que podría ser suyo si todo salía bien.
Al día siguiente, a las 6:00 de la mañana fue ingresado a cirugía. Doce horas después regresó a la vida con un corazón nuevo.
“Un día después del procedimiento ya sentía el cambio en mi cuerpo. A pesar de que ha pasado poco tiempo me siento muy bien, al paso que voy creo que voy a volver al campo a trabajar pronto. Desde ese día mi vida es otra”, señala Salomón, quien debe acudir periódicamente a controles médicos para comprobar que todo marcha bien.
Su esposa e hijo no caben de la felicidad. “Es como volver a nacer, no creía que me llegara esa operación tan rápido”.
Ahora que Salomón y su familia vivieron personalmente las bondades de la donación no dudan en contar la historia y recomendarle a todos sus familiares y amigos que no duden en donar si tienen la oportunidad.
“Sabemos que se pierde una vida y que es doloroso, pero al mismo tiempo se puede salvar la de muchas otras personas”, finalizó
Donación en medio de la pandemia
Pese a los estrictos protocolos de salud que ahora se deben cumplir por la llegada del coronavirus y a las limitaciones que han tenido que sortear para la consecución de donantes, la FCV y la Foscal, las dos IPS habilitadas por el Instituto Nacional de Salud para realizar trasplantes en Santander no han detenido su labor.
Según Ricardo Puerto, coordinador del Programa de Trasplante Renal de la Clínica Foscal, además de trasplantar riñones, en el centro médico también se realizan intervenciones de tejidos, médula y córnea. Hasta la fecha se han realizado 126 procedimientos de este tipo.
“El año pasado hicimos 40 trasplantes, una de las cifras más altas. Este año, con la pandemia disminuyó un poco, aunque la mortalidad ha aumentado, los pacientes con COVID-19 no pueden ser donantes”, explicó.
Sumado a ello han tenido que enfrentar las limitaciones de los vuelos aéreos, que dificulta la logística del transporte del órgano o de los pacientes, que algunos bancos de tejido hayan cerrado por falta de insumos o que la gente no acuda a la clínica por miedo al contagio.
Fernando Quintero, médico coordinador de trasplantes FCV, agregó que además de los protocolos habituales para el rescate de órganos, ahora deben realizar la prueba PCR a los posibles donantes. “Se cuentan con medidas más exigentes para reducir la posibilidad de contagio por Sars-CoV-2 tanto en pacientes como en el personal de salud”.
De otro lado, al comparar el primer semestre del 2019 con el de 2020 se evidencia una reducción del 47 % en la cantidad de donantes, al pasar de 207 a 109, según cifras del Instituto Nacional de Salud. Esto, claramente, ha disminuido los procedimientos de trasplantes en dicho lapso en un 37,3 % (614 en 2019 frente a 385 en 2020).
Puntualmente en la regional 4, que reúne a Santander, Norte de Santander, Cesar y Arauca, el número de donantes ha decrecido en un 41 % y se posiciona como la de menor caída entre las seis regionales del país.
“Los grupos de trasplante y las clínicas y hospitales generadores de potenciales donantes hemos realizado un trabajo mancomunado que ha evitado una disminución más marcada, como ha ocurrido en algunas regionales con reducciones del 100 % o el 60 %”, aseguró Quintero.
Cifras nacionales
Leonardo Arregocés, director de Medicamentos y Tecnologías del Ministerio de Salud señaló que con corte a septiembre de 2020 se realizaron en el país 567 trasplantes, de los cuales 86 (15 %) corresponden a pacientes pediátricos y el 85 % restante (481) a adultos. De igual forma, 34 pacientes en urgencia cero, es decir los que están a la espera de un trasplante y que tienen peligro de muerte inminente si no se les realiza, recibieron el órgano necesitado.
Actualmente 2.924 pacientes están en lista de espera por un órgano, registro que ha tenido una reducción de 114 personas con respecto a las 3.038 que se encontraban a diciembre 2019.
Con la decisión de donar órganos o tejidos, de manera voluntaria, se puede salvar la vida de hasta 55 personas. El trasplante de corazón, pulmones, hígado, riñones, intestino o páncreas y tejidos como córneas, vasos sanguíneos y cartílagos, entre otros, ayuda cada año a preservar miles de sueños y familias.
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