Las pasadas elecciones dejaron ver que hay un país que despierta de su modorra inducida por el miedo y la desinformación. Es un despertar que rompe la polarización política y acude al llamado de la paz para desmontar la corrupción, romper con el pasado violento y continuar construyendo el futuro. Y es que la fatiga de trabajar ahora sin avanzar en bienestar después, como propone la política carrasquillista del zarpazo a las pensiones, la continua negación de servicios de salud, los déficits educativos y el deterioro de las vías de transporte, para solo nombrar algunas, hacen que la gente reaccione. Esa reacción quedó plasmada el domingo 27 de octubre al derrotar a quienes pretenden continuar maquinando la polarización, la corrupción, la violencia y, con todas ellas, la pobreza y el atraso. Es un avance, pero falta mucho aún.
Se necesita que en el terreno de la salud les recordemos permanentemente a gobernantes, parlamentarios y jueces la Ley Estatutaria de Salud, 1751 de 2015, como guía para que, apoyados por el cuerpo médico y el movimiento social de toda la población, a lo largo y ancho del país, avancen en la materialización del mandato de dicha ley con el fin de lograr más rápido que despacio el disfrute del derecho fundamental a la salud. Por eso hay que conocer la Ley Estatutaria en su alcance y profundidad y participar en el estudio y discusión de la propuesta de ley ordinaria que, luego de tres años de intenso trabajo, próximamente presentaremos al país los gremios médicos y la Comisión de Seguimiento a la Sentencia T-760. Buscamos contar con la mayor cantidad posible de personas y entidades que conozcan y respalden la iniciativa; es de vital importancia que haya muchos parlamentarios dispuestos a apoyar este proyecto de ley ordinaria para lograr un sistema de salud equitativo, cuya estrategia esencial sea la Atención Primaria que promueva la salud, prevenga la enfermedad y trate como debe ser a las personas que lo requieran. Los resultados finales deben ser una disminución de la carga de enfermedad, de complicaciones, de muertes prevenibles, el mejoramiento de los indicadores de salud y un equipo humano misional y administrativo con estabilidad laboral y educación continua para el mejoramiento continuo del sistema.
Las políticas contenidas en el proyecto de ley ordinaria contemplarán el tratamiento de los Determinantes de Salud, para lo cual será necesaria la acción gubernamental coordinada y conjunta a través de los ministerios involucrados para ejecutar de manera transversal todo lo que esté involucrado en el concepto de salud. Dicho procedimiento redundará, a su vez, en el mejoramiento del desempeño de cada ministerio involucrado.
La propuesta contenida en el nuevo proyecto de ley significa un nuevo modo de pensar la salud y una nueva forma de garantizarla desde la perspectiva gubernamental y ciudadana a partir de la luz de la Ley Estatutaria. Es necesario superar los obstáculos que se opongan a ella.
Eso esperamos de los nuevos gobernantes que enfrentaron la corrupción para derrotarla a ella y al atraso.
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