Grupos de Atención Básica: Pilar estratégico para la Atención Primaria en Salud en Colombia
Juan Carlos Freyle presidente Colegio médico de La Guajira FMC | Mayo 17 de 2025

Foto de Nappy en Unsplash
La Atención Primaria en Salud (APS) constituye uno de los pilares fundamentales del sistema de salud colombiano. Basada en los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta estrategia busca garantizar el derecho a la salud, reducir inequidades y mejorar los indicadores de salud poblacional. En este contexto, los Grupos de Atención Básica (GAB) se consolidan como una herramienta operativa clave para materializar el enfoque preventivo, territorial e integral del Modelo Integral de Atención en Salud (MIAS).
Los GAB emergen como parte esencial de la Política de Atención Integral en Salud (PAIS) y se formalizan a través de la Resolución 3280 de 2018, que establece las Rutas Integrales de Atención en Salud (RIAS). Su implementación también se sustenta en el Decreto 780 de 2016 y la Resolución 518 de 2015, normas que orientan la organización de los servicios bajo el enfoque de una APS renovada y centrada en el bienestar de las comunidades.
Los GAB están conformados por equipos multidisciplinarios con adscripción territorial, responsables de desarrollar acciones de promoción, prevención, atención integral y gestión del riesgo, con especial énfasis en poblaciones vulnerables. Aunque su estructura puede variar según las características demográficas, epidemiológicas y geográficas del territorio, su composición típica incluye un médico general, un enfermero o enfermera profesional, un auxiliar de enfermería, un odontólogo u odontóloga, un psicólogo o psicóloga, un trabajador o trabajadora social, un promotor de salud o agente comunitario y, dependiendo del contexto, un técnico en salud ambiental. Estos equipos no solo prestan servicios de atención en salud, sino que también fortalecen el vínculo comunitario, generando confianza y promoviendo la corresponsabilidad en el cuidado colectivo de la salud.
Los Grupos de Atención Básica integran acciones de atención individual y colectiva. En materia de promoción de la salud, se destacan por realizar visitas domiciliarias integrales, brindar educación en salud a nivel comunitario y fomentar estilos de vida saludables. En cuanto a la prevención de enfermedades, desarrollan esquemas de vacunación, realizan tamizajes para enfermedades crónicas no transmisibles y de salud mental, y controlan el crecimiento y desarrollo infantil. También cumplen un rol clave en la detección temprana y la atención oportuna, mediante la identificación de signos de alarma y la referenciación adecuada hacia niveles de mayor complejidad cuando es necesario. En la gestión del riesgo, realizan la caracterización poblacional, la estratificación de riesgos y la elaboración de planes de intervención tanto individuales como comunitarios. Además, promueven la articulación intersectorial, coordinando acciones con sectores como educación, planeación, desarrollo social y autoridades locales.
La implementación efectiva de los GAB ha demostrado un impacto positivo en la salud poblacional. Entre los principales resultados se encuentra la reducción de la mortalidad por causas prevenibles, el aumento de la cobertura de servicios preventivos, la disminución de la carga de enfermedades crónicas no transmisibles, la mejora de los indicadores de salud materno-infantil y el fortalecimiento de la confianza en los servicios de salud locales.
Las experiencias territoriales reafirman estos resultados. En Medellín (Antioquia), la ESE Metrosalud ha desarrollado Grupos de Atención Básica articulados con las Juntas de Acción Comunal, lo que ha permitido un incremento del 12 % en la cobertura de vacunación infantil entre 2019 y 2022. En Guapi (Cauca), un municipio de difícil acceso, los GAB han integrado agentes comunitarios y personal rotativo, lo que ha facilitado mejoras significativas en la atención prenatal y ha contribuido a la reducción de la morbilidad perinatal.
No obstante, este modelo enfrenta retos importantes. La alta rotación del personal debido a condiciones laborales inestables, las dificultades para garantizar una financiación sostenida, las barreras geográficas y de seguridad en ciertos territorios y la débil articulación intersectorial en varios municipios, limitan su potencial. Sin embargo, también existen oportunidades significativas para fortalecer esta estrategia. Es posible robustecer la APS como eje estructural del sistema de salud, capacitar a los equipos con enfoque en determinantes sociales, incorporar herramientas digitales y soluciones de telemedicina y fomentar la participación activa de las comunidades en la planeación, gestión y control social en salud.
Desde la Federación Médica Colombiana reconocemos el papel fundamental de los Grupos de Atención Básica en la consolidación de un sistema de salud más equitativo, preventivo e integral. Para avanzar en este propósito, recomendamos establecer políticas de estabilidad laboral para el personal que conforma los GAB, garantizar recursos financieros sostenidos desde los niveles nacional y territorial, promover la evaluación continua del impacto de los GAB mediante indicadores verificables, fortalecer la formación y supervisión técnica del talento humano en salud, e involucrar activamente a la comunidad en el diseño, implementación y seguimiento de las estrategias de salud territorial.
Comentarios recientes