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Como Ana Rosa Quintana, muchas mujeres vuelven a enfrentarse a un diagnóstico de cáncer tras haber superado un primer tumor. ¿Cuáles son los factores de riesgo? ¿Cómo puede prevenirse? ¿Como es el seguimiento? Repasamos todas las dudas

La periodista Ana Rosa Quintana ha anunciado que padece cáncer de mama y dejará su programa de televisión «una temporada» para someterse a «un tratamiento intenso». «Me han detectado un carcinoma en el pecho. Afortunadamente está localizado y no hay metástasis», ha dicho la presentadora, de 65 años, que ya tuvo cáncer de mama en 2010.

Como Quintana, muchas mujeres vuelven a enfrentarse al diagnóstico de cáncer de mama años después de haber superado un primer tumor, una noticia que puede suponer un importante golpe psicológico. «Emocionalmente es muy impactante para muchas mujeres, que sienten que deben empezar de nuevo. Pero hay que recordar que los tratamientos han mejorado mucho y la evolución puede ser muy buena. El cáncer de mama se cura cada vez más», señala el oncólogo Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Cáncer de Mama (GEICAM). La supervivencia media relativa del cáncer de mama tras cinco años es del 89,2% de forma global, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Si el cáncer se diagnostica en un estadio 1, la supervivencia se eleva a más del 96%.

Una vez detectado el tumor, el primer paso es diferenciar si se trata de una reaparición del primer cáncer (recidiva) o, en cambio, es un tumor diferente, un nuevo tipo de cáncer. «Para diferenciarlos, es clave la anatomía patológica», apunta Isabel Echevarría, secretaria científica de la SEOM y oncóloga del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid. «Hay que evaluar si es el mismo tipo de cáncer de mama a nivel histológico, si tiene el mismo perfil de expresión de receptores hormonales y otros parámetros que evaluamos en los tumores de mama». Aunque lo fundamental es el tipo de tumor y el estadío en el que se diagnostique, «una recidiva tiene un mayor riesgo de nuevas recaídas que un segundo primario», explica Echevarría.

Desde el punto de vista molecular, los tumores se clasifican en cuatro categorías: Luminal A, luminal B , HER 2 y basal like o triple negativo, explica Alexandra Henríquez, especialista en tratamiento de cáncer ginecológico de Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. El triple negativo es el que tiene peor pronóstico, ya que no expresa receptores hormonales ni HER2, para los que hay tratamientos efectivos. Este tipo de tumor es el que acarrea mayor riesgo de recaída en los primeros años tras el diagnóstico, incluida la afectación de órganos distantes, como hígado, pulmón o huesos.

Según explica Martín, hay distintos factores que influyen en las posibilidades de desarrollar un segundo cáncer de mama. El riesgo es significativamente mayor en las mujeres con las mutaciones BRCA1 y BRCA2. También en jóvenes, en mujeres que han tenido hijos de forma tardía o que no han amamantado las posibilidades son más altas, entre otros factores. No obstante, subraya Martín, hay que tener en cuenta que «la mayoría nunca recae» y que llevando a cabo un estilo de vida saludable, con ejercicio aeróbico regular y una dieta mediterránea que eviten el sedentarismo y la obesidad «no sólo se reduce en gran medida el riesgo de nuevos tumores y varios tipos de cáncer, sino también de enfermedades metabólicas».

Para el seguimiento de los pacientes, las guías de la SEOM recomiendan una consulta cada 3-6 meses en los primeros dos años tras el diagnóstico. Hasta pasados cinco años, las visitas deben ser cada seis meses y convertirse en anuales después. Estas consultas deben incluir tanto una exploración física, como un repaso al historial y los síntomas. También se recomienda la realización de una mamografía con ultrasonido anual. La opción de realizar una resonancia magnética debe considerarse en casos de mujeres jóvenes con mamas de tejido denso y predisposición genética conocida. No hay evidencias de que un seguimiento más estrecho con múltiples exploraciones mejore la supervivencia, coinciden en señalar los expertos consultados.

Por: CRISTINA G. LUCIO
Tomado de: Elmundo.es