“Velamos por la profesión médica, por su ejercicio ético en condiciones laborales dignas y justas y por
la salud de los colombianos”.

Artículo 3º. Estatutos. Capítulo I

Órgano asesor y consultivo del Estado en materia de salud pública desde 1935 (Ley 67 de 1935 y Ley 23 de 1981).

El pasado 13 de julio, 15 organizaciones médicas gremiales y científicas del país, entregaron al presidente Iván Duque y a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López un documento en el que proponen un plan de acciones urgentes para frenar el rápido aumento de personas infectadas por Coronavirus-Sars 2, que han requerido mas y mas camas hospitalarias y de cuidado intensivo en un nivel de ocupación mayor al 85%, lo que califican alarmante y muy peligroso. En su comunicación los médicos aclaran que una sola de estas acciones, como por ejemplo, la cuarentena, siendo una medida muy efectiva, no es suficiente para contener el vertiginoso aumento de la enfermedad si no se aplican las demás, para actuar sobre las varibles que inciden en el avance de la emergencia, como las medidas de protección alimentaria y económica a la población mas pobre, pues de lo contrario estas personas saldrán a la calle a buscar su sustento con el riesgo de multiplicar el contagio. Igualmente, hacer cuarentena sin tomar muestras para pruebas diagnósticas a la población mas expuesta a adquirir la enfermedad y, por lo tanto, a contagiar a personas sanas, así como no buscar propositivamente a los contactos de contagiados para comprobar su condición de infectados, no permitirá a las autoridades tener los datos suficientes para decidir los pasos a seguir.

También los médicos explican lo compleja que es una unidad de cuidado intensivo y enfatizan que estas no funcionan sin los médicos, enfermeras y terapistas idóneos, trabajando continuamente día y noche en turnos que oscilan entre 8 y 12 horas, con total autonomía profesional, sin ninguna restricción administrativa, financiera o política. “El cuidado intensivo es una actividad muy exigente, pues minuto a minuto se sigue la evolución del paciente gravemente enfermo, quien muchas veces está en alto riesgo de muerte”, precisa el documento. Y ni en el país ni en Bogotá hay suficiente personal intensivista par atender todas las unidades recién instaladas, con sus respiradores recién comprados. A esto se suma el agravante de la desprotección de este personal sanitario contra el coronavirus y su situación de inestabilidad laboral, pues el 80% de ellos no tienen contrato laboral ni cuentan con las prestaciones sociales de ley. Por el carácter pandémico de COVID-19, señalan que no ha habido en el país una dirección firme y unificada aplicable a las diversas regiones, con adaptaciones propias de cada una, como lo hicieron hace un mes la Federación Médica Colombiana y el Colegio Médico del Atlántico, uno de sus integrantes, al proponerle a la gobernadora del Atlántico y al alcalde de Barranquilla a que trabajaran conjuntamente con un plan global, aplicable a a la capital departamental y a cada municipio. El resultado fue que esa región pasó de una situación crítica a un descenso en la velocidad de contagios y de ocupación de camas hospitalarias y de cuidado intensivo.

Finalmente, remarcan los médicos que la pandemia es un problema de salud pública y serán las acciones de este tipo las que ayuden a prevenir el empeoramiento y la gravedad de las inevitables recaídas de la enfermedad. Esto se planifica con el conocimiento planificador concertado y coordinado de quienes saben de estas cosas: los médicos con sus conocimientos de las diversas especialidades necesaria para combatir este mal. El documento fue dado a conocer en rueda de prensa y por redes sociales para su amplia difusión.

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