La llegada del COVID – 19 a Colombia el pasado 9 de marzo encendió las alarmas en todo el sector de la economía, especialmente en el área médica, ya que esta ha presentado controversia debido a las afectaciones que se han dado tanto en la parte psicológica del personal perteneciente a la misma, como en la dotación de los equipos de bioseguridad mencionados en el Decreto 538, Artículo 5, en el cual se estipula que durante el término de la emergencia sanitaria por la pandemia del Coronavirus, el Ministerio de Salud y las entidades territoriales garantizan la inversión y transferencia de elementos biomédicos con el fin de asegurar la prestación de servicios de salud a la población afectada por causa del virus.

Las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL) destinaron un total de $41.532 millones para la adquisición de 30 millones de elementos de protección personal para los trabajadores de la salud. Sin embargo, según el Ministerio de Salud, han sido 459 los miembros de este gremio infectados y 12 recuperados al día 2 de mayo.

Si la prestación de elementos biomédicos no se efectuara acorde al Decreto, muchos médicos, enfermeras, anestesiólogos, etc, podrían contagiarse y no estar disponibles para prestar su labor, o crearían un foco de infección en los lugares en donde se supone se trata la enfermedad.

Según Jaime Peñarete, médico y abogado al medio, así como un informe realizado por Noticias Caracol, profesionales de la salud pertenecientes a entidades como el hospital Simón Bolívar, el hospital de Kennedy, entre otros, han denunciado la falta de equipo de dotación adecuado para la primera línea de atención a pacientes infectados con Coronavirus, puesto que los implementos brindados por los directivos son de baja calidad y no cumplen los requisitos estipulados por el gobierno, acción que conlleva a que los profesionales no puedan atender a sus pacientes.

De esta manera, el personal médico, tanto de urgencias, consulta externa, cirugía, enfermería, como vigilantes y personal de servicios generales se ven afectados por el incumplimiento del artículo 5 del Decreto 538 respecto a las condiciones deficientes de dotación de bioprotección.

Sin embargo, Paola González, médica perteneciente a la primera línea de atención a pacientes con COVID – 19 del Hospital Mental de Antioquia, dice que en ningún turno le ha faltado una mascarilla quirúrgica o N-95, puesto que al hospital han llegado implementos biomédicos, tanto por parte de las ARL como por donaciones, dentro de los cuales se encuentran tapabocas, monogafas o los recursos que el mismo hospital les sugiere a diferentes fundaciones que necesitan, pero a pesar de esto, hay muchos hospitales y clínicas en Antioquia que no reciben la cantidad necesaria de suministros: “He hablado con compañeros de otros hospitales donde reciben veinte tapabocas y dos cajas de guantes, y las ARL les dicen que están cumpliendo”, y expone que en ocasiones el mismo personal médico debe comprar sus protecciones porque el abastecimiento de estos elementos no es el suficiente.

Carolina Ortegón, enfermera perteneciente a la primera línea de atención al COVID-19 de la Clínica Colsubsidio de Ciudad Roma, afirma que las ARL sí les han brindado todos los elementos de protección biomédica, y explica que al llegar a turno, todos los profesionales de la salud deben cambiarse de ropa, utilizar un tapabocas N-95 y uno convencional sobre este, colocarse un gorro de tela antifluido y encima un gorro desechable, su vestido de tela blanco, dos pares de guantes unos sobre otros, las polainas y al momento de entrar a la habitación de un paciente infectado, se colocan con anterioridad una bata desechable sobre su traje, la cual es depositada en una caneca especial al finalizar el contacto.

También afirma que la clínica asigna cuatro cajas de guantes desechables por cada turno, y que las personas de servicios generales, así como las pertenecientes a vigilancia, tienen bio protecciones como guantes, gorros y tapabocas.

No obstante, hace hincapié en la desinformación en la que los ciudadanos están cayendo respecto a los elementos que se deben utilizar y el uso adecuado que se les debe dar para evitar un contagio: “Las personas están mal informadas y tenemos poca cultura. A mi parecer, a finales de Mayo y principios de Junio es cuando el pico de contagios se hará notorio […] Y hasta que no se vean veinte mil contagios la gente no dejará de ir a los hospitales por cosas innecesarias”, y recomienda no utilizar los guantes y el tapabocas más de una vez, puesto que estos elementos evitan que haya una ‘contaminación cruzada’, y si se llevan a casa y no se realiza un proceso de desinfección de los mismos para poder ser reutilizados, se estaría contaminando el espacio donde se almacenarán.

Según datos expuestos por el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (REPS), en otros lugares del país como el Amazonas, donde tan solo hay 167 camas hospitalarias no aptas para el uso de Cuidados Intensivos en todo el departamento, los casos de contagios en esta zona han aumentado considerablemente entre abril y mayo.

El 5 de mayo en horas de la mañana, la Federación Médica Colombiana, durante una rueda de prensa, socializó y a su vez mostró el riesgo y el llamado de ayuda que solicitan los habitantes del Amazonas, debido al alto  riesgo que se presenta en el territorio por la falta de insumos médicos pertinentes en la atención de pacientes con el virus de la pandemia del COVID -19. Ante esto, se denominó una territorio alejado y en alerta roja por la falta de interés del gobierno colombiano, así como del de la misma región.

Se informó a medios de comunicación que el presupuesto para el cubrimiento y protección del personal es insuficiente y a su vez los médicos y enfermeras son quienes tienen que ‘sacar de sus bolsillos’ el dinero que demanda la compra de tapabocas y equipo de bioseguridad. Así mismo, se notificó que en el mercado se está llevando a cabo un abuso, ya que antes del comienzo de esta pandemia los costos de dichos insumos eran bajos y ahora se triplican.

Muchos de los encuestados por la Federación prefirieron no responder, ya que sus empleos estaban en riesgo, según lo que le comentaban a la doctora Carolina Corcho, directora de la encuesta y líder de la investigación. Cabe resaltar que dichas encuestas fueron contestadas por 916 personas de 28 departamentos del país, todas pertenecientes al cuerpo médico profesional.

No obstante, se resaltan las precarias condiciones laborales, donde uno de cada cinco trabajadores a nivel nacional ha sido despedido de su trabajo por la actual pandemia; muchos de ellos se ven obligados a desplazarse a pie porque no se les presta un servicio de transporte.

Adicionalmente, los profesionales de este gremio también han sufrido de discriminación por el desempeño de sus funciones laborales. El 40% de ellos ha pensado en renunciar debido a que su salud mental ha sido afectada a tal punto que se han presentado casos de suicidio por miedo al contagio, ya que estos son los más afectados por su exposición recurrente a las personas que poseen el virus.

Según la OMS, el único elemento sanitario negociable es el traje de protección, esto quiere decir que si el personal no encuentra disponible este insumo se puede usar una bata de cirugía de manga larga.

Los casos de contagio se han ido elevando según el último informe del Instituto Nacional de Salud (INS): durante la primera semana, quienes estaban más contagiados eran los médicos, pero ahora las auxiliares de  enfermería también. Sin embargo, por falta de pruebas de testeo masivo no se sabe exactamente cuántos profesionales de la salud están, al día de hoy, contagiados.

De esta forma, la situación en la que se encuentran las personas pertenecientes al área de la salud es muy incierta, ya que las afectaciones psicológicas y los insumos biomédicos que se les brinda a los profesionales no es el mismo en todas las regiones del país, así como el apoyo por parte del gobierno y la atención de las ARL, lo cual debería ser unánime para que el personal médico pueda desempeñar su labor de una manera óptima, ayudar a los pacientes infectados e ir frenando día a día esta pandemia.

Fuentes

Humanas:

  • Sergio Isaza, presidente de la Federación Médica Colombiana

  • Paola González, Doctora de la primera línea de atención del Covid – 19 del Hospital Mental de Antioquía

  • Carolina Ortegón, Enfermera de la primera línea de atención del Covid – 19 de la Clínica Colsubsidio Ciudad Roma

Documentos:

Decreto 538, artículo 5, Comunicado de prensa de la Sociedad Colombiana de Pediatría, Comunicado de prensa Nº 3 de la Unión Colombiana de Cirujanos Plásticos, Comunicados de prensa de Fecode, Estadísticas y comunicados de la Federación Médica Colombiana

Digital:

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Escrito por: Juliana Estrada, Andrés Caro y Carolina López